
Storytelling en los negocios: ¿cómo funciona?
Para lograr la atención de la audiencia y el crecimiento de las ventas, una empresa necesita generar interés en sí misma y en sus productos. Una de las herramientas efectivas para esto es la narración de historias. Entendemos cómo funciona y por qué se ha vuelto tan popular.
Storytelling: ¿qué es?
El concepto de storytelling proviene del idioma inglés y significa literalmente “storytelling” (narración de historias). La esencia de la narración es transmitir la información necesaria al consumidor en una forma ligera y discreta de una historia. La base para contar una historia puede ser la experiencia personal, el caso de un cliente, una historia de éxito y mucho más; lo principal es que la historia sea interesante, instructiva y contenga el mensaje correcto. La historia se puede transmitir a través de texto, imágenes, video, audio.
Es la narración la que mejor ayuda a construir un negocio “con rostro humano” y resolver tres tareas importantes:
mejorar la percepción positiva de la marca y distinguirla de la competencia.
construir relaciones de confianza con la audiencia.
transmitir información clave sobre un producto o marca sin molestar al público.
¿Por qué funciona?
La popularidad de la narración en los negocios puede explicarse por el interés de la audiencia en las personas que los rodean: sus éxitos, fracasos, experiencias personales, en una palabra, todo lo que puede convertirse en una fuente de emociones sinceras para ellos. Esto ayuda a construir una conexión emocional con clientes potenciales y ganarlos para su lado. Aquí hay algunos ejemplos del uso exitoso de la narración:
la historia de un viajero sobre un viaje a un lugar interesante motiva a comprar nuevos tours;
una descripción de la experiencia personal en el uso del producto aumenta la confianza en el producto y elimina las dudas del cliente al realizar una compra;
las historias personales de empleados exitosos de la empresa aumentan la lealtad a la empresa y ayudan a fortalecer los valores corporativos;
una historia instructiva contada por un orador en una conferencia mejora la percepción de la presentación y hace que el discurso sea memorable.
La narración de historias también funciona muy bien si necesitas explicar algo complejo con ejemplos simples o hablar sobre algo que al público no le interesa especialmente. Digamos acerca de las nuevas condiciones para una hipoteca en un banco en particular. Una cosa es simplemente enumerar la tasa de interés, el plazo del préstamo y los requisitos para el prestatario, pero otra es presentar la misma información como una historia.
Por ejemplo, sobre Anna y Juan, un matrimonio joven de Valencia, que recientemente pidió un préstamo para comprar una casa. Cuéntenos cómo llegaron a la decisión de sacar una hipoteca, cómo eligieron un apartamento, estudiaron los términos del préstamo, qué dificultades tuvieron que superar y, lo más importante, cómo se sienten ahora, después de mudarse a su propia vivienda. Los hechos secos se olvidan rápidamente y el lector, espectador u oyente pasa la historia a través de sí mismo.
Storytelling: ¿por dónde empezar?
A menudo, las historias de marca se construyen en torno a:
la historia de la empresa o producto. Aclaremos de inmediato: incluso si la historia es interesante para usted, esto no garantiza el interés de la audiencia. Solo aquellas historias que son útiles para el consumidor funcionan realmente bien;
historias de éxito de los clientes utilizando el producto de la empresa. Lo principal aquí es no entrar en publicidad directa: si en el texto se encuentra “la más alta calidad”, “precio atractivo” y “receta única” a través de la palabra, la historia causará rechazo y es poco probable que el cliente mire tu sitio web o blog por segunda vez;
el problema que la marca ayuda a resolver;
historias personales de empleados de la empresa;
proyectos de caridad de la empresa;
alianzas con otras organizaciones o personas.
Al crear una historia, piense no solo en su trama, sino también en por qué lo está haciendo: qué acciones o emociones espera de la audiencia, cómo ayudará en el desarrollo de la marca o producto, y si la narración es definitivamente la forma más eficaz de lograr este objetivo.
El objetivo del storytelling publicitario se considera logrado si el cliente recuerda la historia, se la aplica a sí mismo y quiere compartirla con los demás. Pero trate de no asociar el storytelling directamente con el producto de la empresa: es mejor jugar con el futuro comprador en la asociación para fortalecerlo en la idea de conciencia de elegir su producto sin influencias externas. Sí, en algunos casos raros, una referencia directa al producto puede ser apropiada, pero la mayoría de las veces, la excesiva persistencia y la abundancia de clichés publicitarios, por el contrario, repelen a la audiencia.
Como no hacer
Evite las imágenes abstractas. Traduce el valor del producto a través de las acciones de un personaje específico, incluso uno ficticio.
Sin oficialidad. Elige un tono de narración informal y habla de forma sencilla, aunque se trate de algo complejo. Imagina que estás en tu cocina contándole a un amigo una historia de tu vida: así es como tu audiencia debe percibir tu historia.
No te olvides de la parte visual: usa fotos, gráficos en tus historias, refuerza textos con pequeños videos informativos o crea una serie de bocetos fotográficos como un cómic, con una descripción vívida para cada imagen o video. ¡Se creativo!
No te pierdas el componente emocional. Concéntrese en las emociones que la audiencia asociará más plenamente con el producto anunciado.
No olvide tener en cuenta las peculiaridades de los diferentes formatos para presentar la información. Por ejemplo:
Los videos con una trama bien pensada establecen una conexión emocional con el consumidor a través de imágenes, texto y sonido.
Longread le permite hablar sobre el problema o el producto de la manera más completa posible, pero pierde con los videos en emotividad.
La historia no debe ser demasiado larga: le conviene leerla de principio a fin. También presta atención a la estructura: como en cualquier historia, debe haber una apertura, un clímax y un desenlace.
No tengas miedo de hablar de errores, fracasos y experiencias negativas: lo que importa no es lo que le pasó al héroe de la historia oa toda la empresa, sino cómo pudieron superar las dificultades y solucionar el problema. Recuerde que la narración debe mostrar emociones y las historias deben ser creíbles; esto aumentará la confianza de sus clientes. Nadie creerá en una trama "elegante" y alejada de la vida real.